CANCER DE PROSTATA


FACTORES DE RIESGO
PREVENCIÓN y DETECCIÓN



FACTORES DE RIESGOS

Un factor de riesgo es todo aquello que aumenta la probabilidad de que una persona desarrolle cáncer. Si bien los factores de riesgo con frecuencia influyen en el desarrollo del cáncer, la mayoría no provoca cáncer de forma directa. Algunas personas con varios factores de riesgo nunca desarrollan cáncer, mientras que otras personas sin factores de riesgo conocidos sí lo hacen. Sin embargo, conocer los factores de riesgo y hablar con el médico al respecto puede ayudarlo a tomar decisiones más informadas sobre las opciones del estilo de vida y la atención médica.

Los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de que un hombre desarrolle cáncer de próstata:
  1. Edad. El riesgo de cáncer de próstata aumenta con la edad, especialmente después de los 50 años.
  2. Raza/origen étnico. Los hombres de raza negra presentan un mayor riesgo de cáncer de próstata que los de raza blanca. Los hombres hispanos tienen un menor riesgo de desarrollar cáncer de próstata y de morir por la enfermedad que los hombres no hispanos. 
  3. Antecedentes familiares. El cáncer de próstata que se hereda en una familia, denominado cáncer de próstata familiar, ocurre aproximadamente el 20 % de las veces. Este tipo de cáncer de próstata se desarrolla debido a una combinación de genes compartidos y factores ambientales o del estilo de vida compartidos. Si un hombre tiene un pariente en primer grado, es decir, un padre, un hermano o un hijo, con cáncer de próstata, su riesgo de desarrollar cáncer de próstata es de 2 a 3 veces mayor que el riesgo promedio. Este riesgo aumenta con la cantidad de parientes con diagnóstico de cáncer de próstata. Los hombres que presentan estos antecedentes deben considerar la posibilidad de realizarse exámenes de detección a una edad más joven.
  4.  Alimentación. Ningún estudio ha comprobado que la alimentación y la nutrición puedan causar o prevenir, en forma directa, el desarrollo del cáncer de próstata. Sin embargo, muchos estudios que analizan las relaciones entre determinadas conductas alimenticias y el cáncer indican que quizás exista un vínculo.
PREVENSION

Si bien no existe una forma comprobada de prevenir por completo esta enfermedad, tal vez pueda reducir el riesgo el cambio en los hábitos alimenticios.

En este momento no hay suficiente información para realizar recomendaciones claras sobre el papel que juega la dieta en el cáncer de próstata. Puede que sea necesario hacer cambios en la alimentación muchos años antes en la vida de un hombre (desde la infancia) para reducir el riesgo de desarrollar cáncer de próstata.
  1. Una alimentación con alto contenido de grasas, especialmente grasa animal, puede aumentar el riesgo de cáncer de próstata. 
  2. Una alimentación con alto contenido de verduras, frutas y legumbres, como guisantes y frijoles, puede disminuir el riesgo de cáncer de próstata. Se desconoce cuáles son los nutrientes directamente responsables. Aunque el licopeno, el nutriente que se encuentra en los tomates y otras verduras, se ha vinculado a un riesgo más bajo de cáncer de próstata, los datos obtenidos hasta el momento no han demostrado que exista una relación.
  3. Actualmente, en ensayos clínicos, se ha demostrado en forma concluyente que ninguna vitamina, mineral ni otro suplemento específico previene el cáncer de próstata. Algunos de ellos, que incluyen la vitamina D, la vitamina E y el selenio, incluso pueden ser perjudiciales para algunos hombres. Los hombres deben hablar con sus médicos antes de tomar cualquier suplemento para prevenir el cáncer de próstata.
DETECCIÓN

La detección del cáncer de próstata se realiza para encontrar evidencia de cáncer en hombres, de otro modo, sanos. Se utilizan comúnmente dos pruebas para detectar el cáncer de próstata:
  1. Tacto rectal:  es una prueba en la que el médico introduce un dedo enguantado y lubricado en el recto del hombre, y palpa la superficie de la próstata para detectar cualquier irregularidad. En las últimas recomendaciones de sociedades urológicas nacionales y extranjeras (europeas y americanas) se recomienda aún su realización ya que detecta un porcentaje de pacientes en riesgo de sufrir cáncer no detectado por otros métodos de laboratorio o imágenes.


  1. Análisis de sangre del PSA: El antígeno prostático específico, o PSA, es una proteína producida por las células normales así como por células malignas de la glándula prostática. El análisis del PSA mide la concentración del PSA en la sangre de un hombre. Para esa prueba, se envía una muestra de sangre a un laboratorio para ser analizada. Los resultados se reportan generalmente en nanogramos de PSA por cada mililitro de sangre (ng/ml). Un resultado anormal no confirma la presencia de cáncer.

Como regla general se aconseja a un hombre comenzar los controles de próstata a partir de los 45 años para detectar cánceres en etapas tempranas, aunque existen en casos puntuales otras recomendaciones sobre este punto.



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